Mies y Scharoun, ¿homenaje o plagio?

Principios de los años sesenta, el Gobierno de Berlín desea crear un centro cultural en la ciudad, en una zona muy cercana al muro de Berlín, llamada Kulturforum.  Esta razón, le lleva a encargar al arquitecto Mies van der Rohe la construcción de un museo que pudiese servir para albergar colecciones de arte del s.XX de la ciudad y para celebrar exposiciones temporales al mismo tiempo.

El museo conocido como la Nueva Galería Nacional, sería la última obra del  reputado arquitecto Mies van der Rohe, quien no presenciaría la inauguración de su obra al fallecer poco antes de la celebración de dicho evento.

En este edificio, Mies pone de relieve la abstracción y simplicidad constructivista.  La base de su arquitectura radica en su sutil maestría por manejar las proporciones y en el uso exquisito de los materiales. A partir de una visión es global del proyecto, todo es parte de todo, cuida al extremo los detalles y crea un sistema estético completo, conjugando los elementos básicos de la arquitectura, suelos, pilares, losas, etc. con un marcado carácter geométrico en una composición donde predominan los colores neutros como el blanco y el crudo sobre superficies o fondos monocromáticos.  Una apariencia austera que refleja el espíritu de la naciente arquitectura moderna, donde las relaciones del espacio cambian para mostrar un espacio diáfano en el cual los elementos estructurales adquieren belleza a través de su propia estética.

En esta construcción, Mies continúa la estela dejada por sus anteriores obras, caracterizadas por el uso de formas geométricas en el diseño, plantas cuadradas, cerramientos retrasados con respecto a la estructura, emplazamientos sobre amplias plataformas y apoyos cruciformes.  En la Nueva Galería Nacional, encontramos paralelismos con otras obras del propio Mies van de Rohe como el Pabellón Alemán de la Exposición de Barcelona. Así, observamos como dos edificaciones tan dispares y alejadas en el tiempo, treinta y nueve años de diferencia mantienen rasgos en comunes en su diseño: un podio, ambas se configuran bajo un patrón geométrico ortogonal, voladizos, el empleo del cristal que busca la integración del espacio interior con el del exterior, etc.

No obstante si hay un rasgo característico en el pensamiento arquitectónico de Mies van de Rohe que ambas construcciones mantienen, el uso de las columnas cruciformes.  Este elemento es notorio en su diseño del Pabellón Alemán, donde se alzan de forma ostentosa, opulenta;  y también ocurre en la Galería Nacional donde, con una apariencia más modesta, su dimensión les confiere un carácter destacado.  No acabarán aquí sus auto referencias entre sus obras arquitectónicas, pues en el proyecto no ejecutado de las oficinas de Ron Bacardí en Cuba, volvemos a encontrar ese denominador común, la esencia de Mies.

En este tiempo el gobierno alemán presenta a concurso la Biblioteca Nacional que finalmente se adjudicaría Scharoun y que presenta interesantes coincidencias con la obra de Mies más allá del de estar ubicada a unos metros de distancia.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando no es el propio autor el que se cita a si mismo? ¿Hablamos de plagio o de homenaje cuando un autor presenta en su diseño elementos de otros autores? ¿Es influencia o apropiación?

Estas son las cuestiones que nos planteamos cuando visitamos la Biblioteca Nacional de Scharoun ubicada frente a la obra de Mies,  dos edificios ideados para enriquecer el área cultural alemán y que presentan numerosas similitudes.   ¿Quieres descubrir la intrahistoria de la Biblioteca Nacional de Berlín y la relación entre Mies y Scharoun? Puedes descubrir esto y mucho más en el libro de Santiago de Molina Collage y Arquitectura.

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