El renacimiento de Lisboa

Soy Alberto Caeiro y os voy a contar el renacimiento de Lisboa…

¿Qué pienso yo del mundo?

¡Yo que sé que pienso del mundo!

Me podría a pensarlo si enfermera

Estos versos ya os dicen quien soy, sí Alberto Caeiro, poeta sensualista y pagano. Suelen conocerme como uno de los heterónimos de Fernando Pessoa, no sé bien que significa eso, sólo estudié hasta primaria. Pero creo que es algo así como otro ser de él mismo, como otra personalidad de Pessoa, no me preguntes yo de esas cosas no entiendo, todo esto me suena a metafísica, algo en lo que no creo y de lo que estoy totalmente en contra. Nunca escribo en prosa, pues creo que sólo la poesía es capaz de contar la realidad, pero hoy hago una excepción para reflexionar sobre la reconstrucción de Lisboa tras ser asolada por el terremoto de 1755. Lisboa, la ciudad que me vio nacer en 1889 pero donde estuve poco tiempo pues tras la muerte de mis padres pasé a vivir a Ribatejo, una vida modesta en casa de mi tía abuela. Pero dejemos de hablar el mí y centrémonos en cómo Lisboa supo resurgir de sus cenizas.

Por los textos que he leído, la reconstrucción de Lisboa pudo hacerse gracias a Sebastiao José de Carvahalo e Melo, más conocido como el marqués de Pombal. Un personaje que supo tomar las riendas de la ciudad tras la desidia demostrada por el rey de Portugal José I.  Éste era el momento perfecto para dotar a la ciudad de una nueva imagen, y el marqués de Pombal quiso crear el retrato una ciudad unitaria, homogénea y coherente. Para ello, el marqués se valió de su carácter osado y empezó a incorporar en el proyecto de la nueva Lisboa ideas ilustradas que manaban desde Francia.

plaza marques de pombal lisboa

Los cambios no partieron de la imagen de la ciudad arrasada , la configuración de la ciudad también debía ser nueva. Para ello puso especial cuidado en el dimensionado de las calles y en la volumetría e imagen de los bloques de las viviendas.

Un proyecto que algunos, no yo, que no me meto en esas cosas, consideran como inacabado, pues mientras Pombal marcaba claras directrices sobre la fachada de los edificios, dejaba a la libre elección de los propietarios la configuración del interior de las viviendas. Sólo se ocupó del diseño del interior de edificios singulares de la Plaza de Comercio y de algunos palacios e iglesias.  Pero digo yo que Pombal tuvo que estar escarmentando. Pues incorporó un elemento constructivo llamado gaiola en las fachadas de los edificios. Una especie de jaula de madera empleada para evitar el desplome de las edificaciones ante sismos.

La Lisboa pombaliana se forjó pensando en habitaciones y comercios. Como os dije, Pombal quiso cambiar la concepción de Lisboa e hizo que la Baixa dejara de ser el centro de la nobleza y la aristocracia para convertirse en un núcleo comercial y de producción artesanal.

En la Baixa, Pombal dividió el terreno dando una asignación por corporaciones en función de las actividades que desarrollaran en el barrio. Un sistema jerarquizado bien estudiado por Pombal en su momento, no lo dudo, pero que con el tiempo se demostró inviable a causa de los problemas de abastecimiento de la población. Pero que tuvo una connotación positiva, al impedir que se diera el fenómeno de la segregación social propio de los sistemas industriales.

En la freguesía de Santa Isabel donde campo y ciudad conviven y donde habitaban militares, gitanos, ladrones y mujeres de mala fama como resultado de los movimientos migratorios desencadenados tras el terremoto, Pombal, desarrolló otra estrategia de reconstrucción , quizás por su interés de connivencia entre lo viejo y lo nuevo, pero vamos eso interpreto yo, Alberto Cairo, pues por culpa del desfase temporal , no pude yo preguntarle estas cosas a Pombal o algunos de sus colaboradores.

No se puede negar que la labor de Pombal fue determinante para Lisboa. Tuvo que sentir verdadero amor por esta ciudad, de la que hizo que se levantara entre sus escombros con aire renovados y con el afán de hacerla progresar. Todo esto, me hace recordar tantas cosas pero ahora no tengo tiempo de contar nada más me espera Álvaro Campos para tomar una taza de café.

¿Qué no sabéis quién es Álvaro Campos?

Ya os lo contará él en su particular recorrido por las calles e historia de Lisboa.

Si queréis saber más de Pessoa y Lisboa, podéis leer más en: Lisboa. La ciudad de Fernando Pessoa.

 

 

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