En tiempos de crisis, en situaciones depresivas, los espacios olvidados y recovecos urbanos se erigen como una óptima alternativa para fomentar la creatividad y la habitabilidad. Esos rincones marginados o zonas residuales pueden ser solares abandonados, falsos techos, huecos en las instalaciones o esquinas de calles, que están desperdigadas por la ciudad. Una muestra de ello, son los Fake Estates del artista y arquitecto, Gordon Matta-Clark, un amante de los espacios intermedios y residuales y de la degradación urbana.
La figura de Gordon- Matta Clark es trasgresora, arquitecto estadounidense, pero por encima de todo artista, ya que decidió no ejercer profesionalmente como arquitecto. Uno de sus trabajos más destacados es el proyecto, “Building Cuts”, en los años 70. Una obra que consiste en seccionar edificios o construcciones abandonados para mostrar la estructura, el espacio y la dualidad intrínseca en estas creaciones, líneas horizontales y verticales, interior y exterior, vacío y lleno.
Gordon Matta- Clark mezcla la deconstrucción, el arte, con la construcción, la arquitectura , y traslada fragmentos de los edificios a lugares diferentes para mostrar distintas composiciones y para llevar sus propuestas a otros espacios como exposiciones y galerías, aunque para perpetuar su obra se valió de otros formatos como el vídeo, la fotografía o el collage.
En el año 1973, otro programa de repercusión de Matta-Clark son los “Fake Estates” una serie de quince minúsculos terrenos en Queen y Staten Island, en Nueva York que adquirió por subasta pública al precio de 25 dólares. Las mayoría de las parcelas eran espacios inaccesibles: terrenos de 25 centímetro de ancho en un callejón entre dos viviendas, un cuadrado de 30 centímetros por 30 centímetros en una acera e incluso bordillos y desagües. Matta- Clark vio en esos lugares un enclave creativo y de vida, un ejemplo que evidenciaba la presunta solidez de la arquitectura y una ocasión idónea para revitalizar los espacios urbanos desechados.
El proyecto de este artista y arquitecto era crear un archivo documental de estos vacíos urbanos, con fotografías, mapas, datos tipográficos, inventario botánico e ingresos fiscales. Una propuesta que quedó inacabada a su muerte. Pero la red de Fakes no acaba en Nueva York, numerosos espacios deshabitados se extiende en ciudades, a la espera de ser encontrados.
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