Descripción
Desde la lucha por la vida hasta las últimas modas gastronómicas, la alimentación no ha dejado nunca de ser un asunto, si bien corpóreo y/o espiritual, fundamental. Desde los noventa, España es considerado a nivel internacional como uno de los países con mayor variedad y riqueza en el ámbito gastronómico. Sin embargo, la interdisciplinariedad y cooperación entre este ámbito y la arquitectura parece ser una tendencia con origen relativamente reciente. La gastronomía se ha convertido en un sector puntero en el que ya no sólo importa el qué comemos sino también el cómo y el dónde lo hacemos –su atmósfera, el espacio anfitrión–, mostrándose como elementos decisivos para lograr una experiencia estimulante en el comensal.
Este escrito aborda principalmente dicha experiencia del comensal a través de los cinco sentidos en dos atmósferas gastronómicas –seleccionadas por el autor según el alto reconocimiento tanto de los chefs como de los arquitectos involucrados–, como son Atrio y El Prat de Les Cols. La crítica arquitectónica, apoyándose en fotografías, pinturas, entrevistas y visitas al lugar, se interesa aquí por saber cómo dichas atmósferas han sido elaboradas, “tal como un cocinero observa los movimientos de un colega preparando una de sus recetas” –en palabras del arquitecto Carlos Martí.
Se expondrán los valores aprendidos en pos de corroborar y hacer ver al lector –desde la reflexión– la existencia de vínculos entre los ámbitos arquitectónico y culinario. Se valorará el don del arquitecto para materializar la filosofía y las inquietudes del chef; y para empatizar con la correspondiente experiencia del comensal a la hora de degustar, tanto el ingrediente de su plato como la materia de su entorno.